
Michael es un hacker de la Red Virtual, el adictivo juego de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes. Allí tiene amigos de verdad: Sarah y Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas pueden exprimir al máximo la plataforma y vivir experiencias al límite.
Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael...
Su objetivo: que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.
Ficha de Goodreads
Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael...
Su objetivo: que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.
Ficha de Goodreads
Tras mi experiencia con La cura mortal –que si no fue un desastre sí que fue una decepción considerable– me daba cierto respeto empezar con una nueva saga de James Dashner. ¿Y si volvía a hacer lo mismo? ¿Y si no volvía a transmitirme la misma emoción que con El corredor del laberinto o Las pruebas? Empezaron a llegar las reseñas "no muy positivas" de El juego infinito, y fue ahí cuando me entró curiosidad por ver qué había hecho Dashner en esta ocasión; eso sí, con unas expectativas bajísimas y simplemente por ver qué encontraba. ¡Y menos mal! Porque para la calidad que ha mostrado Dashner en otras novelas, esta le ha quedado un poco coja.
El juego infinito tiene un solo fallo: su falta de profundidad en todos los aspectos. Es una novela que desde mi punto de vista, contada con un poco más de detalle sobre los personajes y el mundo, podría haber dado mucho más de sí; pero lo que ha escrito Dashner es una historia superficial, que devora su propio trasfondo para quedarse únicamente con una historia rápida, quizá un poco precipitada y ahogada por la acción. Porque eso sí, como en todos los libros de Dashner, acción hay como para parar un tren.
La falta de profundidad provoca que resulte imposible conectar con los personajes. No sabía nada de ellos, no los conocía de nada y no me importaba lo que pudiera ocurrirles. No eran reales, la única característica que los definía eran cuatro comentarios irónicos que a veces no había por dónde cogerlos. Su pasividad hacia todo lo que les ocurría me ha puesto de los nervios.
También he tenido problemas con el worldbuilding. Las descripciones de Dashner son elaboradas, nos encontramos ante un autor muy imaginativo, pero otra vez me faltan detalles que completen la historia, que me introduzcan en un mundo nuevo y no en lo que le pasa a Michael a lo largo de unos pocos días.
Con el final ha ocurrido más de lo mismo. Sin esa falta de profundidad, y sin esa falta de humanidad en los personajes, puede que hubiera conectado con ellos y que el final me hubiera sorprendido. Y admito que es inesperado, eso no se puede negar, pero es que no me importaba lo más mínimo lo que me estaban contando, por lo que no ha dejado con una buena impresión final.
Puede que esta reseña me haya quedado un poco hater, cuando la verdad es que el libro se deja leer y que he visto bodrios peores. La conclusión que tenéis que sacar es: si os apetece una historia de acción que se lee sin mucho problema, probablemente os guste; si buscáis un mundo trabajado y unos personajes complejos aquí, por ahora –porque es una trilogía y tengo la esperanza de que la siguiente entrega mejore– no lo vais a encontrar
2/5