Nanowrimo: Segunda semana

¿Por qué me apunté al Nanowrimo?

¿Por qué me torturo de esta forma?

En serio, ¿por qué me hago esto

Y lo más importante...

¿Por qué estoy tan convencido de que al año que viene voy a repetir como un tonto?

Antes de seguir, echadle un vistazo a la gráfica:

Esto va mal, mal, ¡MUY MAL!

El objetivo de hoy, día 17 de nomviembre, es de 28.333 palabras.

¿Mi progreso? 

¡16.000!

Voy mal, muy mal, increiblemente mal... Y sin embargo, no estoy muy frustrado. Antes de contaros como ha sido mi segunda semana en esta locura voluntaria, quiero que sepáis que aunque sé que voy a tener que editar bastante lo que llevo escrito, estoy muy contento con lo que llevo; y eso ya es mucho.

El lunes no escribí una sola palabra porque estaba histérico preparando una presentación oral sobre Shakespeare que no me sabía. Como viene siendo habitual, la noche de antes estaba yo aquí terminando un powerpoint –malditos, cómo los odio– y tirándome de los pelos pensando en todas lsa situaciones que podían salir mal al día siguiente. 

El martes la presentación fue bastante bien, aunque a mí casi me da un ataque hablando ante la clase, pero bueno... El caso es que estaba bastante agotado tras la noche anterior, y el martes es uno de esos días en los que hago un turno precioso de 12 horas en la universidad. Así que escribí poco más de 1.000 palabras durante mi clase de escritura creativa

El miércoles tuve toda la tarde para leer, PERO, Iria y Selene iban a venir a Valencia para presentar su libro: Alianzas, la primera entrega de su trilogía Cuentos de la luna llena, y se trata de un señor tocho de 600 páginas con una letra diminuta. Así que pasé todo el día leyendo y acabando alguna tarea para clase que tenía pendiente.

El jueves leí el durante todos mis ratos libres porque me daba cuenta de que no me iba a dar tiempo a terminar libro; y también fue una de esas jornadas horrorosas, por lo que solo pude escribir durante las clase de escritura, y también fueron unas 1.000 palabras y pico. Por la noche ni siquiera toqué el documento.

El viernes tenía que terminar el libro. Así que escribí otras 1.000 palabras –la verdad es que no me veía con fuerzas para nada más– y me quedé leyendo hasta la madrugada cuando, ¡al fin!, terminé el dichoso libro.

Muy chulo, por cierto. ¡Leedlo!

El sábado ya contaba con que no iba a escribir nada; pero tuvimos un día maravilloso junto a las autoras, y una de las reuniones del club de lectura más divertida que hemos tenido en mucho tiempo. No quiero explayarme mucho porque me arriesgo a que dejéis de leer; pero voy a resumirlo en que fue demasiado genial; y además duró más de lo que yo esperaba.

Porque el caso es que yo pensaba coger el último tren de vuelta para estar en casa el domingo, y así poder ponerme al día con el Nanowrimo y entregar un trabajo; pero al final me convencieron para que me quedara a dormir en Valencia aquella noche, y no volví a Gatlin (cualquiera que haya leído Hermosas criaturas pillará la referencia) a las dos del mediodía del jueves, con un sueño que me quería morir y muy pocas ganas de hacer nada. Acabé el trabajo porque valía un maldito punto de la nota final, y me fui directo a la cama.

Tengo esperanzas. Aún podría ganar el Nanowrimo; pero la pereza y el agobio que llevo en el cuerpo son tales que apenas logro mantener los ojos abiertos mientras redacto esta entrada, así que ya os contaré cómo va esta tercera semana...

Total de palabras acumuladas: 16.992 de 50.000
Número de palabras atrasadas: 11.337
Quedan: 14 días.

PD. Este es el libro de Iria y Selene que tenéis que leer. El editor me ha dado problemas para poner la imagen donde quería. :D